sábado, febrero 03, 2007

Cuenta atrás a Crisis Infinita: El inicio del fin

Con Crisis de Identidad DC hizo –y sigue haciendo- una buena caja. A las ventas de la miniserie y los recopilatorios hay que sumar postres, litografías o muñequitos. Y DiDio, editor en jefe y espabilado como el que más, pensaría: Tomemos el tono de la serie, igualemos la calidad de los autores, continuemos por la línea de alterar retroactivamente nuestro Universo y celebremos el 20 aniversario de Crisis en Tierras Infinitas por todo lo alto. Y dicho y hecho.

Tras las reuniones creativas oportunas se monta el tinglado, uno espectacularmente amplio, trágico, épico, dramático. Bigger than DC Universe, que podríamos decir. Y el pistoletazo de salida para todo el mogollón se vendió a centenares de miles por un solo dólar (aquí costó más, pero, hey, no nos quejemos demasiado, ¿verdad?). Con un apabullante equipo creativo formado por Geoff Johns, Greck Rucka y Judo Winick a los guiones y Rags Morales, Michael Bair, Ed Benes, Jesús Saiz, Jimmy Palmiotti, Ivan Reis, Marc Campos, Phil Jiménez y Andy Lanning encargados de la parte artística, nos llega Cuenta Atrás a Crisis Infinita.




Ya desde el comienzo, con la portada mostrando a Batman con un cadáver ensombrecido para evitar spoilers, se generó una gran expectación por leer de qué iba a ir todo aquello. Y la historia dio con creces todo lo que prometía, y en mi caso, más de lo que esperaba.

La historia sigue una estructura cinematográfica clásica, y hace avanzar la acción en paralelo en dos tiempos, el presente y el pasado. Blue Beetle/Ted Kord se halla en una región montañosa europea, investigando las instalaciones de una misteriosa organización que parece conocer los secretos de todos y cada uno de los héroes de la Tierra. Los flashbacks nos van narrando los acontecimientos que condujeron a Beetle hasta allí. Unos robos de tecnología y fondos en empresas Kord obligan a Ted Kord a investigar el asunto con su identidad superheróica. La trama criminal que va destapándose poco a poco adquiere unas dimensiones muy peligrosas para Blue Beetle, lo que hará que solicite ayuda a otros miembros de la comunidad de heroica o que recurra a sus antaño amigos de la Liga de la Justicia. En un caso las consecuencias de Crisis de Identidad (Batman ha recordado lo que le hicieron y desconfía de todo el mundo) y en otros las nuevas crisis que explotan de improviso (la llamada de auxilio de Adam Strange al Detective Marciano ante una invasión Thanagariana, las premoniciones del mago Shazam sobre una guerra mágica con un Espectro desatado y la reaparición del místico escarabajo azul -vital para el futuro del personaje-). Finalmente sólo Booster Gold, en recuerdo de su amistad y jugándose la piel le ayudará en sus pesquisas.






La narración en primera persona de Kord/Beetle es un acierto, ya que recoloca la esencia del personaje alejándolo de su cómica superficialidad ochentera y dotándolo de unos matices que el personaje sí poseía en su serie regular: un tipo normal con la voluntad de hacer el bien que se reía del peligro para no enloquecer, que perdió a muchos amigos en el camino pero que en el fondo nunca dejó de ser un héroe. Las páginas finales son una joya para cualquier aficionado al Universo DC: una resolución seca y contundente que supone, por ahora, la última aparición de un personaje al que profeso gran cariño por haberme acompañado con sus chistes y bromas durante el complicadillo trance de la adolescencia.



A partir de aquí, cuatro series limitadas independientes que cimentan el camino hacia una nueva Crisis. ¿Es necesario leerlas todas? No. ¿Es recomendable disfrutar todas y cada una de ellas? Sí. Yo sólo leí dos (Omac Project y Rann/Thanagar War), y las reseñas sobre las que se me escaparon (Villains United y Day of Vengeance) fueron igualmente positivas, así que me las iré pillando conforme salgan.

Como dice el último bocadillo del especial….

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