Battlestar Galactica: El filo de la navaja

El post de hoy es un guiño dedicado a todos los aficionados a la actual serie Battlestar Galactica, que pondrá punto y final este año -en su cuarta temporada- a una historia repleta de relaciones humanas conflictivas, combates a muerte ahora o muerte más tarde, profecías humanas y cibernéticas, y planes de intrincado desarrollo y oscura realización. Como recordarán, el pasado verano devoré la tercera temporada en una semana, y su final me dejó al borde del extasis absoluto, como muy bien comprobaron los que leyeron este pequeño homenaje personificado en Saul Tigh pero extensible a todos los personajes de la serie. Para hacer más llevadera le espera los productores de la serie realizaron un telefilm de dos horas centrado en la Estrella de Combate Pegasus, nave cuya presencia en la serie se sitúa entre el meridiano de la segunda temporada y comienzos de la tercera. En principio ese capítulo doble, llamado Battlestar Galactica: Razor, tendría que haber contado únicamente los sucesos acontecidos a bordo de Pegasus en los meses anteriores a su encuentro con Galactica, pero como en tantas otras ocasiones a lo largo de la serie, sus responsables deciden ir un paso más allá y ofrecer una historia centrada en la nave y uno de sus tripulantes pero jugando con dos planos temporales bien diferentes.

La historia se inicia repasando el trágico destino que todos los comandantes de Pegasus han sufrido hasta el nombramiento de Lee Adama, el cual recurre a Kendra Shaw, soldado caída en desgracia que contaba con el apoyo y el respeto de la Admirante Cain. Será a través de los ojos de Kendra que iremos sabiendo, a través de dosificados y oportunos flashbacks, del dificilísimo sendero recorrido por la nave y sus tripulantes desde el ataque de los cylon. Ese periplo, repleto de decisiones drásticas ejecutadas con frialdad mecánica más propia de una máquina que de un ser humano, se culmina con éxito gracias a la presencia de un lider como Helena Cain, que impasible manda a sus soldados a pelear en escaramuzas suicidas o les ordena saquear naves civiles para poder continuar con su misión de venganza, consciente de que la menor duda o vacilación puede suponer el final para todos sus hombres. De la contraposición de caracteres entre Cain y Kendra Shaw, novata en la tripulación de Pegasus pero con grandes dotes de reacción y un valor fuera de toda duda, acaba surgiendo una más que interesante relación en la que la primera confiesa haber perdido muchas de las emociones y limitaciones provocadas por la empatía hasta convertirse en poco más que en un afilado instrumento de muerte, frío y letal como una navaja.

La existencia de Shaw no será más fácil bajo el mando de Adama, puesto que a las fricciones provocadas por su reinserción en la flota tras abandonar el puesto en cocina al que había sido relegada, se suman los profundos remordimientos de Kendra por algunos de los actos que realizara bajo el mando de Cain (que sobrelleva gracias a su adicción a sustancias "malitas" para el organismo). El ambiente de malestar con sus nuevos compañeros se pondrá de manifiesto con roces continuos y duros con la simpática y comprensible Starbuck. Una misión de reconocimiento desaparecida hace saltar todas las alarmas en la Flota colonial, y más aún cuando reciben el ataque de unos cazas cylon primitivos que recuerdan al comandante Adama una misión que realizó en su juventud y en la que descubrió cómo los cylon experimentaban con seres humanos para "evolucionar". Los rumores sobre un eslabón perdido entre hombre y máquina persistieron, pero hasta el momento no había habido pruebas de que los cylon prosiguiesen con sus experimentos. Con el fin de rescatar a los hombres de la flota de su abominable destino Kendra diseña un plan de extracción sumamente arriesgado para el que necesitará la colaboración del mejor piloto de la flota. ¿Adivinan quién? Shaw y Starbuck se aventurarán en territorio desconocido y allí descubrirán algo que podría cambiarlo todo...

Los aficionados a la serie tienen una cita obligada con este telefilm por muchas razones. Por un lado permite comprender mejor el personaje de la Admirante Cain, al presentar los acontecimientos que modelaron la dureza de caracter de Helena así como explicar sus relaciones personales con la que a la postre acabaría siendo su asesina. Por otro amplía aún más la mitología de la serie incluyendo a los centuriones cylon de la serie de los 70 como esos modelos obsoletos de los que evolucionó una nueva generación de máquinas, más letal y efectiva. El reparto protagonista de la serie aparece casi al completo (Adama e hijo, Starbuck, Roslin, Número Seis, o Boomer tienen un destacado papel en la acción) y nos encontramos con una historia bien desarrollada y mejor planteada que funciona hacia atrás (por la clarificación de sucesos sugeridos o contados pero no vistos hasta el momento en detalle) y hacia adelante (por las posibilidades que abre de cara al futuro y por encajar en la historia ya disfrutada hasta el momento una historia emocionante que abre nuevos interrogantes de cara al futuro). Aunque será completamente disfrutado por los fieles seguidores de la serie, como película independiente o capítulo doble funciona a la perfección, pues un breve repaso a los acontecimientos más relevantes antes del inicio de la historia (la asunción del mando por parte de Lee Adama y antes de los acontecimientos relativos a Nueva Caprica) ayuda al espectador despistado a entrar en materia. Por si fuera poco, los responsables de la serie aún se reservan una pirueta final, cuando una afirmación lanzada por uno de los personajes de Razor parece no sólo desdecir el final de la tercera temporada sino apuntar en una dirección completamente opuesta. Comiéndome las uñas estoy hasta que Battlestar Galactica Fourth Season comience a emitirse el 4 de abril próximo.