martes, enero 08, 2008

SOLO ante el peligro: Mike Allred

En el año 2004 la editorial DC Comics iniciaba la publicación de una atractiva y arriesgada a partes iguales cabecera que ofrecía la posibilidad a un autor de realizar un especial de 48 páginas sin limitación creativa alguna y pudiendo emplear los personajes de la editorial en el modo que considerase oportuno. La serie recibía el nombre de Solo, para resaltar el carácter autoral de tan interesante iniciativa, que lamentablemente solo permitió la aparición de doce números, siendo cancelada en el año 2006. En España hemos podido disfrutar de la publicación de los especiales realizados por Tim Sale, Howard Chaykin, Darwin Cooke o Jordi Bernet entre otros, pero la publicación del Solo realizado por Mike Allred ha supuesto una auténtica sorpresa.

Descubrir a un autor como Allred a estas alturas resultaría absurdo, pues a su buen hacer como autor completo en Madman o Red Rocket 7 hay que añadir sus incursiones como dibujante en el comic de super-héroes más "convencional" de la mano de Peter Milligan en el ciclo de X-Force/X-tatix que tan buen sabor de boca dejó entre los aficionados. La sorpresa pues, viene del modo en que Mike Allred ha sabido sacar provecho del formato antológico y de la extensión de unas historias que van desde las dos a las 18 páginas, y de cómo ha acercado a sus propias constantes artísticas y temáticas personajes de la casa tan consolidados como Hourman, Batman o la Patrulla Condenada.



Así, el volumen no tiene desperdicio, ya desde la atípica introducción presentada por Bizarro con su peculiar lenguaje en negativo. La historia protagonizada por Hourman es un modelo de habilidad narrativa que además homenajea en la planificación de la página a Steve Ditko y su composición clásica en seis o nueve viñetas que acentçuan la ansiedad del personaje y la trasladan en cierta medida al lector. Rex Tyler ingiere su píldora Miraclo e intenta realizar la mayor cantidad posible de buenas acciones en el plazo de una hora, el tiempo que duran los efectos de su peculiar droga superheroica. Del mismo modo que James Robinson hiciera en La Edad de Oro, los Allred juegan con la doble dependencia de Tyler, por un lado a las píldoras químicas que alteran su percepción (el mundo aparece representado en tonos grisáceos) de la realidad y le proporcionan fuerza y resistencia, y por otro al bienestar que le reporta ayudar a los demás, ya sea luchando contra el crimen o simplemente bajando un gato de un árbol. La siguiente historia es igualmente una anécdota que tiene como protagonistas a los Jóvenes Titanes y a la Patrulla Condenada. Robin emplea el ático de Bruce Wayne para realizar un guateque al que están invitados Wonder Girl, Aqualad, Kid Flash y Speedy. Al mismo tiempo, la Patrulla Condenada se refugia en el apartamento de Rita Farr tras una de sus alocadas aventuras en busca de descanso. Desgraciadamente el guateque juvenil que se celebra en el piso de arriba les hará imposible ese necesario reposo y la situación acabará derivando en un desastre absolutamente hilarante.



La historia Batman ¡a gogó! es sin duda el punto fuerte de la antología, tanto en extensión -es la historia más larga- como en intención. Partiendo del tono camp de los comics y seriales protagonizados por el personaje en los años 60 Michael y Lee Allred introducen en el relato típico de enfrentamiento entre el Acertijo y el Duo Dinámico elementos como el abuso de la violencia o la rebeldía juvenil frente a la autoridad. La historia alcanza extremos absolutamente delirantes en su tramo final pero al final queda como un homenaje a las historias imaginarias tan frecuentes en la Edad de Plata. Para rematar el volumen encontramos dos joyas en formato reducido: un repaso breve pero sentido al Cuarto Mundo kirbyano y una historia muda en la que el protagonismo es compartido entre unos muchachos que forman un club de lectura de comics y los personajes de los tebeos que con tanta ilusión leen. Estamos ante una deliciosa antología en todos los sentidos, muy sugerente en cuanto al desarrollo de unas historias en las que los elementos pop no se confunden con colorista simplicidad y los aspectos camp aparecen reflejados con un elegante sentido del humor.



Sin duda, el mérito no cabe atribuírselo únicamente a Mike Allred, pues tanto su mujer Laura (que como es habitual se encarga de colorear el arte de su marido) como su hermano Lee participaron en la escritura de alguno de los segmentos partiendo de los argumentos de Mike. En resumen, que les recomiendo encarecidamente la lectura de un tebeo que les hará esbozar más de una sonrisa y les provocará un extraño sentimiento de nostalgia por una época que no conocimos de primera mano pero que en un tebeo como este brilla con más fulgor que nunca.

Las imágenes que acompañan al post han sido extraídas de la web Ui ar de japis, y reflejan, además de la definitiva, dos conceptos que se barajaron en su momento como portadas del volumen.

6 comentarios:

Kalashnikov dijo...

A mí también me ha encantado este número. ¡Soy fan de Allred! Te recomiendo el nº18 de Los 4F que salió el mes pasado, con dibujos de Dragotta, Allred y Pope.

Bruce dijo...

La última historia es más o menos autobiográfica, son los 2 hermanos Allred y un amigo ;D

Plissken dijo...

Kalashnikov, le echaré un ojo en mi librería habitual porque entre todos los tebeos de la Civil War que no he comprado, estaba la colección de los 4F. Además el dibujo de Nick Dragotta en Chica Muerta me encantó, así que no tengo motivo para perdérmelo :D

Plissken dijo...

Eso aún le da un mayor toque de homenaje y nostalgia a la historieta, Bruce, gracias por compartir el dato ;D

milo dijo...

Lo que no me termina a mi de convencer es el formato "Ultimate" de planeta :P

Plissken dijo...

Milo, y que no se les ocurra cambiar el formato a media colección, como han hecho con Superman/Batman, porque así lo convierten en un rompeestanterías por partida doble. ¡Un abrazo!

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