jueves, marzo 04, 2010

[REC]2: No estaban infectados, estaban de parranda...

Un curtido equipo de policías del Grupo Especial de Intervención ultima los preparativos sobre la marcha para actuar en una emergencia ocurrida en un inmueble de Barcelona. Cuando llegan al lugar se encuentran con una multitud rodeando el edificio, y bomberos, sanitarios y policías intentando mantener el control de una situación incierta y volátil de la que nadie parece saber nada a ciencia cierta. Sobre el terreno les informan que apenas una hora antes entró en el edificio una dotación de policía, una pareja de bomberos y un equipo de televisión de los que no se ha vuelto a tener noticia. Tan sólo se han oído unos disparos y gritos provenientes de la entrada, lo que da a entender que allí dentro no está sucediendo nada bueno.



El equipo del GEI, fuertemente armado y pertrechado y con la última tecnología de videotransmisión incorporada en sus cascos, está formado por Rosso, Martos, Larra y su circunspecto Jefe. Momentos antes de entrar reciben las últimas instrucciones: deben protegerse contra una posible infección y deben hacer todo lo que les diga el enlace civil de su misión de reconocimiento y recuperación, un tipo con acento extranjero que responde al nombre de Owen. Algo huele a podrido en el interior del edificio y los agentes encontrarán en su interior un descenso a los infiernos aterrador y frenético para el que ninguno de ellos se encontrará preparado.


[REC]2 es la continuación directa de la película [REC], pergeñada como aquella por los directores -y guionistas- Paco Plaza y Jaume Balagueró, y con un arranque situado apenas unos minutos después de su final. Partiendo de la exigua base argumental de la primera película, y tomando como sustrato para esta secuela las revelaciones sucedidas en el último tercio del film original, [REC]2 se nos presenta como una película de género más tradicional, con más argumento y desarrollo de la historia, y con una menor preponderancia del elemento narrativo/técnico, lo que a mi modo de ver beneficia a la película enormemente, la dota de personalidad propia pese a los elementos comunes con el original -y a otros lugares comunes, de los que luego hablaremos- y consigue, variando la receta, atrapar al espectador en una ordalía de sangre, sudor y lágrimas de la que difícilmente nadie podrá sustraerse.


Técnicamente hablando la película reincide en la fórmula narrativa de su predecesora, optando por el punto de vista subjetivo para narrar la acción desde dentro de la misma, atendiendo al punto de vista de sus protagonistas. En esta ocasión se busca por un lado una mayor claridad a la hora de mostrar la historia -la cámara se mueve menos, hay más iluminación, se recurre a menos alardes técnicos como el del revisionado o la cámara nocturna, que vuelve a aparecer pero con una excusa argumental muy atractiva- y por otro no ofrecer un único punto de vista, si no varios, atendiendo a las cámaras del casco de cada uno de los policías o a otros dispositivos que puedan haber "sueltos" por la casa. Al margen de algún apaño forzado para continuar la acción, la narración conseguida de esta forma resulta harto fluida, y nos encontramos con una película que avanza -casi- en todo momento y que nos cuenta una historia algo más trabada y compleja que la del primer film, con sus antecedentes para enriquecer la trama explicados de forma más simple y extensa y con un desarrollo que presenta una motivación más profunda que la mera supervivencia.


Así pues, [REC]2 mantiene la personalidad visual que dio origen a la franquicia al tiempo que se reviste de los suficientes vestigios de historia como para funcionar a la perfección como película de género. Asistimos a un espectáculo pirotécnico terrorífico que bebe de lo mejorcito del género fantástico de los últimos 30 años y lo transplanta a una producción patria con la suficiente convicción y desvergüenza como para lograr un producto que entretiene, asusta, sorprende, y en resumidas cuentas, funciona a la perfección. De Aliens, el regreso, toma el retruécano genérico de convertir un asfixiante thriller de terror en una action monster movie, y toma como punto de partida una excusa similar: cómo reaccionaría una fuerza especial entrenada y armada contra un enemigo desconocido para ellos pero aterradoramente familiar para el público. La inclusión de las cámaras en el casco acentúa esa paternidad putativa que funciona con la misma eficacia que en aquel caso.

Encontramos igualmente similitudes con El exorcista, al provenir todo el meollo argumental de aquella excusa de "destilar el mal demoníaco" -concepto muy querido por Balagueró y que hace pensar que acaso OT, la película no fue más que otro intento de condensar el mal televisivo en un producto aparentemente inócuo- que aparecía al final de [REC] y que aquí encontramos de forma mucho más desarrollada, pero de la que me voy a cuidar muy mucho de mencionar nada para no arruinar ninguna sorpresa o giro argumental a aquellos que todavía no hayan visto el film. La secuencia del análisis de sangre parece remitir directamente al procedimiento análogo en La cosa carpenteriana, las claustrofóbicas secuencias en los conductos de ventilación a Alien...


Y pese a todos esos tópicos del cine de terror, [REC]2 sale victoriosa por partida doble, o incluso triple. Consigue desarrollar una personalidad propia capaz de jugar con su propio envoltorio narrativo o de mofarse de las convenciones del género, logra que una secuela convoque a miles de espectadores que dejen su dinero en las salas y que, además, salgan satisfechos, y demuestra que en el cine español hay talento e ideas de sobra para desarrollar en condiciones producciones de estas características, inscritas de lleno dentro de un género codificado como es el fantástico en su vertiente terrorífica y que, esperemos, de pie a otras películas de esta calidad y proyección. Si servidor ha esperado tanto en verla ha sido por evitarse un mal trago en el cine y poder contar con el respaldo de la luz diurna, el sofá y el mando a distancia. Y a fe mía que en más de un momento tuve que pausar tanto sobresalto, desesperación e infectado maligno que andaba suelto por Barcelona para tomar un poco de resuello y continuar con el festival. ¿Para cuándo [REC]3, señores Plaza y Balagueró? Porque mi cuerpo y el cine español lo están pidiendo a gritos.

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