lunes, marzo 21, 2011

Lunes mamporrero

No se preocupen que no me he vuelto -más- loco de lo que ya estaba y el título de la entrada tiene más que lógica, pero será explicado en la parte final de la entrada. Por lo demás, servidor de ustedes comienza otra semana como viene siendo habitual con el cuerpo hecho unos zorros, el ánimo justo y la salud en la cuerda floja. Vamos, lo ideal para afrontar los próximos días en la mejor disposición posible ya que, demonios, todo es susceptible de mejorar a partir de aquí. Eso sí, tengo ganicas de continuar con el ritmo alcanzado la semana pasada, en el que con una única salvedad -el repaso a una serie, Planetary, cuya lectura completé finalmente y disfruté con toda la pasión que un tipo de la talla y la categoría de Warren Ellis es capaz de suscitar- pude completar todos los objetivos propuestos inicialmente. La intención para esta semana es ciertamente mucho más modesta, con un repaso a algún autor y sus commissions más destacadas, un dibujo de colección y de cara a la recta final de la misma el prometido repaso a una serie que, les aseguro, tengo muchas ganas de escribir.

La entrada de hoy, cansancio y enfriamientos primaverales mediante, podría entrar en la categoría de "entrada mamporrera" -atendiendo a la definición sobre pregunta idem que los chicos de Sé lo que hicisteis... acuñaron en decenas de hilarantes gags- y es que con una música sensual y tranquila y la recomendación de una comedia aparentemente intrascendente como sería Los otros dos, protagonizada por Will Ferrell, Mark Whalberg y Eva Mendes, que interpreta la canción Pimps dont cry que ameniza lunes, entrada y mamporro, les dejo igualmente los títulos de crédito de la mencionada película. Los créditos, una suerte de Power Point que podría haber firmado Saul Bass desgranan algunos de los excesos recientes de los inversores-estafadores estrella yanquis, los compara con otros históricos del país, repasa los sueldos de los ejecutivos de empresas que han recibido fondos de ayuda estatales y, en una estadística especialmente graciosa y terrible que encuentro demasiado cercana se establece la media de consejero por currito en las corporaciones estadounidenses y el modo en que han crecido -¿exponencial? ¿estratosféricamente?- en los últimos años. La presentación es acojonante, aterradora, y merece mucho la pena ser vista y analizada. Y con Mendes y la comedia nos cuelan un retrato sobrio y sencillo de los barros que nos han metido a todos en el lodazal de una crisis de la que no terminamos de ver la salida. Con dos narices. Sean ustedes buenos, disfruten de todo lo hermoso que la vida pueda ofrecerles y tengan mucho cuidado ahí fuera.

No he conseguido encontrar las letras en inglés, así que se ahorran unas parrafadas que seguramente no habrían leído y ganan un tubo que estoy seguro que muy pocos dejarán de ver...



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