La continuación directa del especial Cuenta atrás a Crisis Infinita se produce en la miniserie El Proyecto OMAC, que arranca justo en los momentos posteriores al asesinato de Blue Beetle cometido por Maxwell Lord en los cuarteles europeos de la organización ultrasecreta y gubernamental Checkmate, de la cual se nos muestra su estructura jerárquica (Rey y reina negros y blancos, peones…) y algunos de sus miembros más importantes, entre los que destaca Sasha Bordeaux, antigua guardaespaldas de Bruce Wayne y durante un tiempo pupila de Batman. Por otro lado Batman aparece extremadamente preocupado al haber perdido el control de cierto artefacto que, según un soplo de Sasha está ahora en manos de Checkmate. La nota de aviso llega a Batman en una caja que contiene las gafas del malogrado Kord. Las piezas dispuestas sobre el tapiz del universo DC encajan suavemente en esta historia.
(Magnífica composición de página de Saiz, donde pasamos de la tragedia particular a la amenaza general. Batman, en qué lío nos has metido...)
Así, tras los sucesos de Crisis de Identidad, en los que Batman había ido percibiendo que algo no iba bien en la comunidad heroica, creó un supersatélite espía cuya función era la de espiar y acumular información sobre todos y cada uno de los héroes de la tierra. En manos de Checkmate, el Hermano O.J.O. será no sólo fuente de información sino mecanismo de control de un ejército de miles de agentes durmientes por todo el globo terráqueo que tras ser activados se convertirán en O.M.A.C.s, letales máquinas de matar con un comportamiento de enjambre, enormes capacidades para el combate y con una asombrosa capacidad de autoadaptación.
(El gran hermano nos vigila. Esa expresión me suena de algo...)
En paralelo a estos sucesos habrá presencia de O.M.A.C.s en casi todas las colecciones del Universo DC y la situación se descontrolará pese a la doble intervención contra Checkmate desde el exterior (Batman, Wonder Woman, Booster Gold o Superman se acercarán cada vez más a Max Lord y sus planes) y el interior (Sasha luchará desesperadamente por frustrar los planes de la organización a la que pertenece: la destrucción total de la comunidad meta-humana, pero sus esfuerzos tendrán un inesperado colofón cuando Bordeaux descubra la amarga verdad: ella misma es un O.M.A.C. no tan durmiente).
En este punto de la miniserie DC cometió uno de los mayores errores de planificación de la Cuenta Atrás, pues sin anuncio previo en los avances el número 3 de OMAC Project continuaba en las cuatro colecciones mensuales de Superman y en la colección de Wonder Woman, lo que cogió a muchos lectores internacionales desprevenidos (servidor incluido) que no pudieron completar la historia más que a toro pasado, y al abrir el número 4 se encontraron con un pastel de proporciones épicas.
En este punto de la miniserie DC cometió uno de los mayores errores de planificación de la Cuenta Atrás, pues sin anuncio previo en los avances el número 3 de OMAC Project continuaba en las cuatro colecciones mensuales de Superman y en la colección de Wonder Woman, lo que cogió a muchos lectores internacionales desprevenidos (servidor incluido) que no pudieron completar la historia más que a toro pasado, y al abrir el número 4 se encontraron con un pastel de proporciones épicas.
Recopilado en el tomo Sacrificio (Superman 218, 219, 220; Adventures of Superman 442, 443, Action Comics 829 y Wonder Woman 219, 220) encontramos el dramático efecto que en la vida de Superman tiene la aparición primero de los O.M.A.C. y luego el control mental ejercido por Max Lord sobre el último hijo de Krypton (bueno, penúltimo). Tras una lucha desesperada con el Hombre de Acero en la fortaleza europea de Checkmate, Diana no tendrá otra opción para romper el control mental de Lord que romperle a este el cuello, un asesinato (ni más ni menos) que tendrá gravísimas consecuencias.
Ya de nuevo en Proyecto OMAC, con Lord muerto, Hermano O.J.O. activa a todos los durmientes y lanza un ataque frontal contra los héroes de la Tierra, algo que exigirá una respuesta al límite de las capacidades de todos los amenazados, pues no sólo deberán salvar sus vidas sino proteger las de aquellos inocentes que habitan los cascarones O.M.A.C. e intentar desmantelar el centro de toda esa locura, el satélite O.J.O. Pese a sobrevivir a duras penas a ese primer ataque, 200.000 OMAC quedan en activo y custodiando a O.J.O. en una localización desconocida.
Ya de nuevo en Proyecto OMAC, con Lord muerto, Hermano O.J.O. activa a todos los durmientes y lanza un ataque frontal contra los héroes de la Tierra, algo que exigirá una respuesta al límite de las capacidades de todos los amenazados, pues no sólo deberán salvar sus vidas sino proteger las de aquellos inocentes que habitan los cascarones O.M.A.C. e intentar desmantelar el centro de toda esa locura, el satélite O.J.O. Pese a sobrevivir a duras penas a ese primer ataque, 200.000 OMAC quedan en activo y custodiando a O.J.O. en una localización desconocida.
(No sólo la muerte llega desde el cielo. Miembros vinculados a la JLA de Giffen y DeMatteis al rescate de uno de los suyos.)
El final de la miniserie no puede ser más desolador, pues Hermano O.J.O. retransmitirá a todo el planeta las imágenes de Diana asesinando a Max Lord, como parte de unos planes que ya van más allá de lo que su creador y sus controladores habían dispuesto para él. El acto de Diana crea un gran malestar entre la población y supondrá la ruptura de la confianza y la amistad de la Trinidad heroica de DC compuesta por Diana, Clark y Bruce. Ruptura que no hará más que aumentar durante los primeros momentos de la Crisis. Pero no adelantemos acontecimientos.
(A esto se le llama acaparar la audiencia. Nuestros Gran Hermano no causan tanto revuelo...)
El guión de OMAC Project pertenece a Grez Rucka, que ya había trabajado con Wonder Woman, Batman y Bordeaux y que sabe sacar partido de su dominio de dos facetas tan diferentes como la escritura policíaca y la de superhéroes, logrando un tenso desarrollo de la acción con una caracterización de personajes algo más trabajada de lo habitual, y todo ello salpicado de las situaciones desesperadas y los momentos épicos tan habituales y necesarios en el género de los pijamas. La labor de Jesús Saiz en los lápices es portentosa, y logra con su estilo sobrio y dinámico ofrecer un resultado espectacular en tanto que los personajes parecen dotados de vida propia y la acción fluye con una naturalidad y una claridad excepcionales para una serie en la que se desarrolla una gran variedad de tramas paralelas y en muchos casos somos testigos de situaciones en las que se agolpan gran cantidad de personajes.
Por su parte, el especial Sacrificio reúne una cantidad de talento espectacular tanto en la cantidad de artistas que participan como en la calidad que poseen. Si en los guiones tenemos a Gail Simone, Mark Verheiden y Greg Rucka, el apartado artístico corre a cargo de Ed Benes, John Byrne, Tony Daniel, Tom Derenick, Derec Donovan, Georges Jeanty, Karl Kerschl, David Lopez, Rags Morales y Ron Randall. Ahí es nada.
Por su parte, el especial Sacrificio reúne una cantidad de talento espectacular tanto en la cantidad de artistas que participan como en la calidad que poseen. Si en los guiones tenemos a Gail Simone, Mark Verheiden y Greg Rucka, el apartado artístico corre a cargo de Ed Benes, John Byrne, Tony Daniel, Tom Derenick, Derec Donovan, Georges Jeanty, Karl Kerschl, David Lopez, Rags Morales y Ron Randall. Ahí es nada.
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