Han sido unos cuantos post dedicados a reseñar todo lo relacionado con la preparación de la Crisis Infinita que sacudió el universo DC el año pasado. Desde las pistas diseminadas a lo largo y ancho de diversas colecciones y durante más de dos años hasta las miniseries directamente relacionadas con la Crisis, sin olvidarnos del especial Countdown to… imprescindible no sólo por los dramáticos acontecimientos allí narrados sino por ser el punto de partida de las citadas miniseries. Además, como no sólo de reseñas vive el lector de comics recopilé las portadas de cada una de las series relacionadas con la intención de lograr un conjunto lo más entretenido, completo y satisfactorio posible.
Ya para cerrar capítulo no me quedan más que un par de reflexiones acerca de la Cuenta Atrás, y en breve pasaremos a reseñar la Crisis propiamente dicha, recientemente releída y disfrutada por un servidor como uno de los grandes tebeos del año, así como los especiales que cerraban cada una de las miniseries que abrieron el camino a la Crisis, pero no adelantemos acontecimientos.
Para empezar me gustaría decir que leer sobre cada uno de los ámbitos del UDC ha sido una auténtica pasada a la hora de recordar la riqueza de personajes y conceptos de una compañía que siempre ha tenido en España el sambenito de “eterna segundota”. Las aventuras cósmicas de Adam Strange, el Capitán Cometa, los Omega Men, L.E.G.I.O.N, los Dark Star, el Green Lantern Corps ofrece un repaso a más de cuarenta años de historia, recuperando conceptos surgidos en esa Edad de Plata de los tebeos en que el género favorito era la ciencia ficción más pulp e imaginativa. En OMAC Project hemos podido contemplar de primera mano la reestructuración de un grupo como Jaquemate, en funcionamiento desde los 80, así como la implicación de Batman en las maquinaciones de esa mano oculta que aún, todavía, no se conocía a la hora de finalizar las cuatro miniseries. El día de la Venganza constituye, además de un estupendo divertimento repleto de socarronería y aventuras dinámicas, un repaso a ese mundo mágico y sobrenatural que había quedado un tanto descuidado los últimos años en detrimento de los personajes relacionados con el sello Vertigo. La tradición en la que Moore y Gaiman hundieron las raíces de sus historias no puede olvidar todos los personajes y nociones con décadas de historia en que se basaron, recuperaron o simplemente utilizaron. Y finalmente, Villanos Unidos queda como la más emocionante y adrenalínica de las series, un tebeo que parece dirigido por Michael Bay y que bebe directísimamente de la mejor etapa ochentena del Escuadrón Suicida: moralidad difusa, situaciones al límite, sacrificios suicida y el deber para con uno mismo por encima de todo.
Una de las críticas que corrió por la blogosfera fue lo confuso del planning editorial de Planeta a la hora de publicar este Camino a la Crisis y que seguirla supondría un importante dispendio económico. Sobre planificación poco hay que añadir: seis tomos directamente relacionados en dos meses. Con la calculadora en la mano, esos tomos, el especial Cuenta Atrás, y la propia miniserie sale al aficionado español por unos 85 euros, y además teniendo en cuenta que en apenas siete meses se han editado en España los tebeos correspondientes a un año entero en los USA. Por veinte euritos al mes se podían disfrutar las Crisis la mar de relajadamente.
Otra crítica que también corrió -y sigue corriendo- por la tebeosfera (qué difíciles somos de contentar los aficionados españoles) es que esta saga es para fanáticos del UDC, porque había que conocer MUCHOS personajes y pasan MUCHAS cosas. Bueno, menos mal que una compañía dedicada a esto de los tebeos se molesta en que en una de sus macrosagas los sucesos acontecidos sean relevantes y que la mayor cantidad posible de personajes y cabeceras se vean implicados con lógica y sentido dentro de la historia.
Personalmente hay un par de cosas que mes a mes sigo sin creerme mucho, y de hecho aún mantengo un par de colecciones DC vía Previews por si las moscas. Me acomete una plácida incredulidad cuando semana a semana acudo a mi librería habitual –en la que además trabajo los sábados, ¡eso es amor al medio!- y veo como los tebeos de DC han ganado una presencia en las estanterías que jamás tuvieron, ni siquiera en los mejores tiempos de Ediciones Zinco. Poder leer muchas de esas cabeceras coordinadas, y ver que todo va más o menos conectado es un placer especial que jamás hasta ahora se había podido experimentar. Lo que tampoco termino de creerme es que Planeta consolide la apuesta, que los tebeos de DC en España vayan a ocupar poco a poco el lugar que se merecen. Por el contrario uno de mis mayores temores es que Planeta Agostini Comics esté cubriendo el hueco simplemente hasta que pueda recuperar la licencia Marvel y entonces en unos años volvamos a tener el baile de editoriales del que todavía no hemos salido.
En fin, amigos míos, que el camino que nos ha conducido a la nueva Crisis ha sido largo, interesante y atractivo. En breve hablaremos del meollo del asunto.
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